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Muerte y Expropiación

Cuando Reposol adquirió YPF, mi patrimonio económico no aumentó. Cuando Repsol-YPF consiguió importantes beneficios económicos, mis beneficios tampoco aumentaron.

Cuando vi en las noticias a un padre sirio abrazar a su hija muerta a balazos, mi patrimonio emocional se hundió. Me sentí fatal, y tiempo me costó sacar esa imagen de mis pensamientos. La rotura de un padre ante su hija muerta, impresiona.

Es obvio que el crecimiento económico de Repsol es positivo para Europa, y que, aunque yo no reciba ningún beneficio directo, indirectamente, todos salimos ganando con el crecimiento de la compañía… algunos céntimos de euro la mayoría, varios millones de euros unos pocos funcionarios y políticos.

Es obvio también que el respeto a la vida de los niños es positivo para la sociedad Europea. Ningún padre quiere que se pueda matar impunemente a su hija. Si aceptamos que en un lugar se pueda matar y en otro no, estamos legitimando que el valor de un ser humano, se determine en función de las fronteras y las circunstancias, y por lo tanto, estamos arriesgando nuestras propias vidas, poniéndolas en manos de hechos circunstanciales.

El gobierno Argentino, el gobierno Sirio y la oposición en Siria, han roto las reglas. Con su actuación han puesto en peligro los principios económicos y humanos que rigen nuestra sociedad. Pero mi gobierno, para defender a Repsol, ha decidido actuar con contundencia, y para defender a la niña muerta, no. Mi gobierno, en representación mia, considera que son más importantes esos céntimos de euro de Repsol que yo dejo de ganar, que la vida de una niña. El Estado cree que todos pensamos como él: sin corazón, guiados sólo por los intereses y con un único objetivo; el dinero.

Pero yo, y mucha gente, no pensamos así. La actuación de nuestro gobierno nos ofende y causa vergüenza. No porque luche contra la expropiación de YPF, sino por la comparación entre su actuación ante una expropiación y su actuación ante el maltrato y asesinato de personas.

Para un gobierno lo más importante han de ser las personas y no las instituciones, porque las personas somos quienes creamos instituciones como las empresas; y no al revés. Una institución vale lo que las personas decidimos que vale, una vida humana no tiene precio.

No somos idiotas y sabemos que no se pueden salvar a todas las personas que sufren, y sabemos también que la economía es importante, por lo tanto, no le pedimos a nuestros gobiernos que se conviertan en santos redentores de todas las desgracias del mundo, lo único que les pedimos es que su actuación no nos avergüence. En Europa necesitamos sentir que lo que mueve la política no es únicamente la economía y los intereses de los políticos o sus altos funcionarios.

Si el problema es que la economía está tan mal que, esos céntimos de euro que perderemos por la expropiación de YPF son vitales para el Estado, y por este motivo, el Estado ha de destinar todos sus recursos a este tema; entonces, señores políticos y funcionarios, no se preocupen. La dignidad y la felicidad vale más que unos céntimos de euro. Olvídense de ese tema. Digan donde quieren que ingresemos nuestros céntimos de euro. Aceptamos esa perdida. Adiós YPF. Seremos un poco más pobres. Cierto, pero últimamente estamos siendo muy bien entrenados en esta materia y ahora lo que queremos es ver que el gobierno pone el mismo interés en los asuntos que afectan a nuestro bolsillo, que en los asuntos que afectan a nuestra pertenencia a la raza humana.

 Queremos sentirnos orgullosos de ser Europeos, no porque podamos pisar más fuerte el cuello de las otras personas, sino porque sabemos actuar con dignidad, honestidad y estima por la vida; cualquier vida.

En recuerdo de esa niña y su padre, un tema del compositor Libanes Marwan Khoury cantado por La India Martinez