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Contra el poder y la corrupción de las Instituciones Europeas

noticias.lainformacion.com EFE

En una Europa en la que las Instituciones no responden a la voluntad de los ciudadanos, las empresas y la administración se rigen únicamente por el poder del dinero y políticos y millonarios viven cómodamente al margen de las leyes que determinan la vida del resto de ciudadanos, proponemos tres líneas de actuación:

 1 – Los accionistas de las empresas son responsables subsidiarios de las acciones de sus empresas.

2 – Los partidos piensan, pero no gobiernan y quienes gobiernan, no pueden formar parte de un partido.

3 – La distancia entre políticos y votantes ha de ser la mínima posible. Accountability.

El primer punto pretende evitar que las empresas actúen impunemente y frenar los procesos especulativos. Si una persona física o jurídica quiere hacer negocio participando en una empresa, será el responsable de lo que haga esa empresa. De este modo, los accionistas serán los primeros interesados en que la actuación de la empresa sea limpia y responsable, pues las demandas recaerán sobre ellos. Puesto que el participar en una empresa obliga a ser parte responsable de la empresa y tener que monitorizar sus acciones, es bastante arriesgado ser accionista de muchas empresas o especular con las acciones de muchas empresas desconocidas.

El segundo punto pretende evitar la corrupción que el poder provoca. Al igual que un consejo de dirección, el partido político que gana unas elecciones no puede posicionar a sus miembros en ningún cargo de la administración pública, sino que elige a las personas que van a estar en esos cargos. Además, es el responsable del control de esas personas pues es quien las ha elegido. Esta medida se complementa con elecciones cuyos valores de victoria se incrementan progresivamente y limitaciones de tiempo en los cargos.

El tercer punto pretende reforzar el control sobre los políticos. El concepto accountability significa que los votantes han de poder conocer que hacen y que responsabilidades tienen las personas elegidas y ademas han de tener la capacidad de actuar sobre estos políticos. Cuanta más distancia hay entre políticos y votantes más difícil es este control y cuanto más alejada del ámbito local más complejas son las decisiones y difusas las responsabilidades. Por lo tanto las elecciones se desglosan en dos partes.

  • – El ámbito local, se rige por un sistema de democracia directa con sufragio universal y voto secreto. En este ámbito se eligen los delegados que gestionarán la política local y que participarán en las elecciones supralocales. Los delegados pueden ser cesados de su cargo en cualquier momento por decisión consensuada de sus ciudadanos. No hay periodos electorales.
  • El ámbito supralocal los delegados de las diversas zonas votan a los partidos que han de gobernar y monitorizan sus gestión. Hay periodos electorales para presentar las propuestas electorales. El voto de los delegados es público y es un voto de confianza, por lo que los delegados pueden indicar en cualquier momento si retiran esa confianza en el partido elegido. La confianza perdida ha de ir inevitablemente dirigida a otro partido. Si el partido gobernante pierde la mayoría de las confianzas, pierde también la posibilidad de gobernar y se convocan nuevas elecciones. Por lo tanto un partido puede perder el gobierno por moción de confianza de los otros partidos o por moción de confianza de sus votantes.

Estos tres aspectos han de complementarse con la figura de los Neo-humanistas. Estos profesionales son emanaciones del Poder Constituyente y no están sometidos a los poderes constitucionales del Estado sino directamente a la ciudadania del Estado que los elige junto a sus delegados. Su función es la de intermediar en los casos de abuso institucional sobre la ciudadania y en todos los temas en los que la aplicación del marco institucional, puede provocar una situación injusta o de desventaja. No son parte de la administración del Estado y tienen poder para anular discreccionalmente la aplicación de toda ley en casos individuales, pero no de anular o modificar ninguna ley.